Pocas cosas son tan exitantes como la posibilidad de usar nuestra mente para controlar otros objetos, o lo que pasa a nuestro alrededor. Llevamos años viéndolo en películas, y nos preguntamos si podremos hacer algo parecido. La respuesta es sí, y gracias a la ciencia no se necesita ser un psíquico para conseguirlo.
La magia está en los nuevos cascos con sensores electroencenfalográficos (EEG). Como habrán escuchado, nuestro cerebro genera pulsos eléctricos al funcionar que se transforman en ondas. Estos cascos, por medio de unos pequeños sensores, pueden detectar estas ondas y saber nuestro nivel de concentración o estado de ánimo, y usar esa información para manejar juegos, aplicaciones o hasta dispositivos. Esta tecnología existe hace décadas en los hospitales para hacer estudios, pero es recien ahora que está disponible a bajo precio.
Entonces, ¿estos cascos pueden leer la mente? Si y no. Lo que hacen es detectar ondas cerebrales, pero no pueden saber lo que una persona piensa. Sin embargo, de las ondas cerebrales se puede extraer información valiosa para intuir lo que una persona quiere hacer.
Un ejemplo son los nuevos videojuegos que se están haciendo para aprovechar estos cascos. Acciones complejas como mover al personaje por el escenario son muy difíciles para hacerlas con la mente, pero si es posible reconocer patrones de pensamiento y relacionarlas a acciones simples, como hacer un ataque o saltar. En este vídeo vemos un juego al estilo WOW donde el más popular de estos cascos, llamado "Emotiv EPOC" permite al jugador lanzar bolas de fuego detectando sus epresiones faciales y pensamientos.
Si notas que al jugador le cuesta un poco hacer algunas acciones, es porque al sistema en ocasiones le cuesta interpretar nuestros patrones de pensamiento. Se necesita práctica para poder "comunicar bien" lo que piensas. ¿Te imaginas todo lo que se podría lograr combinando esto con la realidad virtual de Oculus Rift y los controles que detectan movimiento? Bueno, este vídeo es algo muy cercano.
Pero esta tecnología no se queda solo en videojuegos, y es posible controlar hasta vehículos. Un nuevo proyecto usa estos cascos para controlar un coche con la mente. Es simple, relaciona dos patrones de pensamiento con acciones como "ir a la derecha" o "ir a la izquierda". También tenemos un helicóptero al cual se le puede programar una forma de volar según nuestro estado mental.
Pero sin duda la mayor utilidad práctica está en el mundo de las prótesis. Ya se ha desarrollado un brazo capaz de moverse según el comportamiento cerebral sin necesidad usar casco. Solo necesitamos que sea más económico para llegar a las masas.
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